Automatización Guide

Hacer : Nuestra opinión sobre este Software de Automatización sin código

publicado , actualizado 12 min
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Maxime Ben Bouaziz

Rédacteur en chef

Maxime est un des éditeurs du site de Salesdorado. Spécialiste en inbound marketing et passionné de stratégie média.

En Salesdorado utilizamos Make desde hace mucho tiempo. Por aquel entonces, aún se llamaba Integromat. Ya era una herramienta potente, flexible y mucho más asequible que Zapier (que nunca nos gustó…).

Desde entonces, Make ha evolucionado considerablemente, sin perder nunca lo que la convirtió en una gran herramienta desde el principio: una interfaz visual clara, una lógica de automatización afinada y una gran flexibilidad.

Es una plataforma que recomendamos a menudo a quienes quieren llevar a cabo una automatización limpia y a gran escala sin arruinarse.

Para nosotros, Make cumple todos los requisitos: robusto, maduro, muy completo y, sobre todo, fácil de usar. Donde Zapier está empezando a envejecer (y a quedarse muy atrás), Make sigue siendo una opción muy sólida.

Y aunque n8n está subiendo rápidamente, sigue siendo menos accesible que Make para la mayoría de los equipos.

Hay que reconocer que la interfaz de Make puede intimidar un poco al principio, pero una vez que le has cogido el truco, es fluida, lógica y un placer utilizarla.

Como con todo software, hay un periodo de adaptación inevitable. Así que, sin más preámbulos, echa un vistazo a nuestro análisis completo de Make.

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Nuestra opinión sobre Make en pocas palabras

Perímetro Puntuación Mi opinión
Puntuación global 4,5 Make es una herramienta muy potente para construir automatizaciones avanzadas, sin llegar a ser excesivamente complejas. La interfaz visual del diagrama de flujo es una verdadera ventaja para tener una visión clara de tus escenarios.
Facilidad de uso 4,3 Es sencillo, pero no simplista. La interfaz requiere un poco de aprendizaje al principio, pero una vez que le has cogido el truco, todo funciona sin problemas. Y la curva de progresión es bastante gratificante: puedes automatizar rápidamente cosas complejas.
Fácil de instalar 4,8 Todo sucede en línea. En unos pocos clics, conectas tus aplicaciones, construyes tus primeros escenarios y ya estás en marcha. Mención especial merece el Almacén de Datos integrado, muy práctico para centralizar datos entre varios sistemas de automatización.
Atención al cliente 3,6 La experiencia varía de un plan a otro. El soporte es decente, pero a veces difícil de contactar en las cuentas gratuitas. Dicho esto, la documentación es muy buena y la comunidad bastante activa. En los planes Pro y Enterprise, el nivel de asistencia aumenta claramente.
Integraciones 4,5 Más de 2.000 integraciones directas, y sobre todo compatibilidad API mediante HTTP/webhooks, para que puedas conectarte a (casi) todo. También puedes manipular datos complejos (JSON, XML, etc.), lo que abre un sinfín de posibilidades.
Relación calidad-precio 5,0 Este es probablemente el punto fuerte de Make. Para una funcionalidad equivalente, es considerablemente más barato que Zapier. E incluso con un uso intensivo, los volúmenes siguen siendo muy razonables. La versión gratuita ya te permite hacer bastante.

#Características principales del nº 1 de Make

Lo que diferencia a Make de la mayoría de las demás herramientas de automatización es su capacidad para combinar potencia y accesibilidad.

La herramienta se ha diseñado para automatizar procesos complejos (con condiciones, bucles, rutas paralelas, llamadas a la API, procesamiento de datos, etc.), pero sin obligar nunca al usuario a escribir una línea de código.

Y está claro que funciona: la interfaz es clara, fluida y lo suficientemente flexible como para adaptarse tanto a necesidades sencillas como a automatizaciones muy avanzadas.

Make tiene todos los ingredientes de una plataforma madura: un sofisticado editor visual, una gran variedad de activadores, una rica biblioteca de plantillas, módulos de IA integrados e incluso un pequeño sistema interno de base de datos.

Es esta profundidad funcional, combinada con una auténtica facilidad de uso, lo que la convierte en una de las mejores herramientas del mercado actual.

Un editor visual ultraflexible para crear flujos de trabajo complejos

Make se basa en un editor de arrastrar y soltar, en forma de gráfico dinámico. Cada escenario se construye conectando bloques (llamados “módulos”) que representan acciones, condiciones, rutas o procesos.

A diferencia de otras herramientas en las que la automatización suele ser lineal, Make te permite crear estructuras en forma de árbol, con ramas condicionales, bucles, encaminadores, agregadores, etc.

Lo que nos gusta especialmente es la libertad que te da para diseñar tus escenarios. Puedes encadenar tantos módulos como quieras, añadir condiciones entre cada paso, manipular los datos en cada etapa, todo ello sin salir nunca de la interfaz.

Es a la vez fácil de leer y extremadamente potente. Incluso con automatizaciones muy complejas, siempre tienes una buena visión de conjunto.

Y si algo no funciona, Make te muestra exactamente dónde va mal. Los errores se contextualizan, con registros detallados para cada módulo.

Puedes reproducir parcialmente un escenario, probar un módulo aislado o ver los valores de salida. En nuestra opinión, es una de las mejores herramientas de depuración integrada que hemos probado en este tipo de plataformas.

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Una biblioteca de plantillas de escenarios para que empieces rápidamente

Make también ofrece una galería de escenarios preconfigurados, muy útil si no quieres empezar desde cero. Hasta la fecha, Make ofrece casi 10.000 plantillas de escenarios.

Estas plantillas no son meros ejemplos: son 100% modificables, directamente utilizables y, a menudo, ya están bien pensadas en términos de lógica empresarial (porque cada plantilla responde a un caso de uso preciso).

Con unos pocos clics, puedes adaptar un escenario a tu propio contexto, probar cómo funciona y luego añadirle lo que necesites. Esto es especialmente útil para los perfiles menos técnicos que quieren automatizar sin empezar de cero, sin reinventar la rueda.

Además, la comunidad Make es muy activa, por lo que regularmente hay nuevas plantillas propuestas por otros usuarios, a menudo especializadas en pilas o nichos de negocio muy concretos. En resumen, es un auténtico favorito.

Gestión precisa de los desencadenantes para automatizar en el momento adecuado

Make se puede utilizar para desencadenar la ejecución de un escenario de varias formas, con un nivel de granularidad bastante raro en este tipo de herramientas.

Puedes elegir una ejecución programada (cada 15 minutos, una vez a la semana, en una fecha concreta, etc.), activar un escenario mediante un webhook o reaccionar a un evento concreto en una aplicación conectada (por ejemplo, la recepción de un correo electrónico o el envío de un formulario).

Pero donde Make destaca es en la combinación de estos activadores. Puedes imaginar escenarios que se ejecuten sólo si se cumplen determinadas condiciones, o que esperen a que se produzcan varios eventos simultáneamente.

Sobre todo, conservas el control sobre el ritmo y el volumen de ejecución: muy útil si trabajas con grandes volúmenes de datos o con integraciones sensibles, para no reventar tu cuota de operaciones.

Módulos de IA integrados para automatizar tareas inteligentes

Make superó claramente un hito en 2025 al integrar capacidades avanzadas de inteligencia artificial que están transformando la experiencia de automatización.

La herramienta ya no se limita a conectar aplicaciones o ejecutar escenarios: ahora es capaz de razonar, decidir y orquestar flujos de trabajo enteros de forma autónoma.

La novedad clave es la introducción de agentes de IA orientados a objetivos. En concreto, en lugar de desglosar manualmente cada etapa de un proceso, defines un objetivo (por ejemplo, “Notificar a mi equipo en cuanto se identifique un cliente potencial prioritario en LinkedIn”) y el agente de IA construye el escenario por sí mismo.

Selecciona los módulos, condiciones y herramientas que deben activarse, teniendo en cuenta las limitaciones de tu entorno. Esto facilita mucho el diseño de escenarios de automatización.

 

También hay módulos de IA listos para usar, como ChatGPT (OpenAI) y Perplexity.

Puedes generar o resumir textos, clasificar mensajes, traducir, extraer información clave de un correo electrónico o un contrato… Todo esto se integra de forma nativa en tus flujos de trabajo, como cualquier otro módulo estándar.

Y no es sólo cosmética: Make también puede transformar inteligentemente tus datos (clasificación, enriquecimiento, agregación, puntuación, etc.), automatizar la gestión de errores (con acciones correctivas impulsadas por la IA) y desencadenar decisiones en tiempo real basadas en criterios empresariales. Aquí la IA no es sólo un artilugio, es un verdadero bloque de construcción lógico para la automatización.

Un Almacén de Datos para almacenar y reutilizar fácilmente tus datos

Por último, Make integra un pequeño sistema interno de base de datos, al que llaman “Almacén de Datos”. La idea es sencilla: puedes almacenar datos entre dos escenarios, hacer un seguimiento de un estado o centralizar la información sin tener que utilizar una herramienta de terceros.

Esto es especialmente útil, por ejemplo, cuando quieres construir flujos de trabajo de varias etapas o cruzar datos en distintos momentos.

Por ejemplo, puedes registrar un identificador de cliente potencial cuando se crea un ticket, y reutilizarlo varias horas después en otro escenario. También puedes mantener una lista de contactos “a excluir” de una campaña, sin tocar tu CRM principal.

No es una herramienta de almacenamiento de datos, por supuesto, pero para muchos casos de uso B2B (seguimiento de clientes potenciales, enriquecimiento, cualificación de múltiples fuentes, etc.) es una verdadera ventaja.

#2 Manejo y experiencia del usuario

La primera impresión al abrir Make es que la interfaz es a la vez limpia y un poco intimidatoria. Todo tiene lugar en un editor visual de lienzo en blanco donde construyes tus escenarios a mano.

Una vez que entiendes la lógica (un escenario = una serie de módulos interconectados), la experiencia se vuelve rápidamente muy fluida. Es un placer probar, ajustar y visualizar.

Cada módulo muestra los datos que recibe y envía, lo que facilita mucho las pruebas y la depuración. Y puedes desactivar, duplicar o aislar partes del escenario sin romperlo todo.

El buscador interno te permite encontrar rápidamente las aplicaciones o módulos que necesitas, y puedes acceder a todas las opciones de configuración sin salir del editor.

Incluso los registros de ejecución están bien integrados en la interfaz: puedes reproducir una ejecución, inspeccionar los errores módulo a módulo o comparar dos ejecuciones diferentes. Ésta es una de las pocas herramientas en las que la UX no se deteriora a medida que los escenarios se hacen más complejos.

Por otra parte, Make no es una herramienta “plug and play” en el sentido de que necesitas dedicar un poco de tiempo a familiarizarte con su lógica, y ciertos conceptos (como los agregadores, las rutas condicionales o las llamadas a la API) requieren un poco más de habilidad. Pero una vez superada esa fase, es totalmente autónoma, y eso es exactamente lo que buscan los usuarios más avanzados.

Para los equipos un poco técnicos, o simplemente curiosos, es un excelente compromiso entre accesibilidad y potencia. Puedes crear automatizaciones punteras sin tocar ni una línea de código, pero sin sentirte limitado por una interfaz demasiado rígida. En resumen: una verdadera UX “sin código”, pero diseñada para personas que quieren llegar lejos.

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#3 Integraciones y API

Make ofrece más de 2.100 integraciones nativas, que cubren la mayoría de las herramientas SaaS del mercado: CRM, automatización del marketing, mensajería, herramientas sin código, plataformas de comercio electrónico, bases de datos, servicios en la nube, etc.

La calidad de estas integraciones es bastante buena: cada módulo está bien documentado, los campos se pueden personalizar y puedes combinar varias acciones o activadores para la misma herramienta.

realizar integraciones

Pero donde Make marca realmente la diferencia es en su capacidad para ir más allá de las integraciones “oficiales”.

La herramienta ofrece una serie de módulos genéricos para interactuar con cualquier API externa: peticiones HTTP personalizadas, envío o recepción de webhooks, procesamiento de datos en JSON, XML o incluso SOAP…

Puedes conectarte a (casi) cualquier cosa, sin esperar a que Make ofrezca un conector dedicado.

Y eso lo cambia todo en un entorno B2B, donde las pilas técnicas no siempre son muy estándar. ¿Necesitas enviar información a una herramienta empresarial un poco oscura o recuperar datos internos a través de una API desarrollada internamente? Make sabe qué hacer.

Aún mejor: una vez que la llamada funciona, puedes modelar tu respuesta, analizar los datos, filtrarlos, enriquecerlos e inyectarlos en otro lugar, todo dentro de la misma interfaz.

#4 Apoyo y recursos

Make ofrece varios niveles de asistencia, pero como suele ocurrir, la experiencia varía en función de tu plan de suscripción. En los planes gratuitos o en los primeros niveles de pago, tienes que pasar por un centro de asistencia en línea, con un sistema de tickets. Las respuestas suelen ser pertinentes, pero los plazos pueden ser un poco largos.

Por el contrario, en los planes Enterprise, la asistencia es mucho más ágil y personalizada, a veces con un contacto dedicado.

Dicho esto, para la mayoría de los usuarios, la documentación en línea es más que suficiente. Es rica y está bien estructurada, con guías paso a paso, videotutoriales y explicaciones detalladas para cada módulo.

También hay muchos ejemplos concretos, como integraciones avanzadas y llamadas a API personalizadas.

Otro punto fuerte es la comunidad. El foro oficial es activo, los intercambios son de alto nivel y la base de datos de escenarios compartidos sigue creciendo.

También hay muchos recursos en YouTube, Reddit y LinkedIn, donde los consultores de Make comparten regularmente consejos, casos prácticos y buenas prácticas.

Por último, Make ha lanzado recientemente una “Academia” con cursos de formación estructurados según el nivel del usuario. Aún es pronto, pero muestra una clara voluntad de apoyar a los usuarios a medida que desarrollan sus habilidades. Y dada la riqueza de la herramienta, eso es bueno.

En resumen, aunque el servicio de atención al cliente aún no esté al nivel de herramientas más maduras como Zapier o Airtable, el ecosistema de Make está vivo y coleando, la documentación es sólida y la curva de aprendizaje está bien soportada.

#5 Precios y relación calidad-precio

Make funciona con un modelo de precios basado en el volumen de operaciones realizadas por tus escenarios. Cada acción, cada llamada a la API, cada enrutamiento o transformación de datos cuenta como una operación.

Este modelo, que es más granular que los precios tradicionales “por tarea”, hace que la herramienta sea muy competitiva en cuanto empiezas a automatizar a gran escala.

Para una funcionalidad equivalente, Make es considerablemente más barato que Zapier.

Pero hay que decirlo: la métrica “operaciones” es un poco tramposa. Incluso los disparadores (que simplemente activan un escenario) se contabilizan en la cuota mensual. Esto significa que un mal diseño o unos activadores demasiado frecuentes pueden disparar rápidamente la factura.

Afortunadamente, Make proporciona herramientas de supervisión precisas para que puedas vigilar de cerca tu consumo, y una lógica bien pensada generalmente te permite optimizar sin demasiado esfuerzo.

Aquí tienes un resumen de los distintos planes que se ofrecen, con nuestras recomendaciones basadas en tu perfil:

Plan Tasa (anual) Volumen Características principales Ideal para
Gratis 0/mes 1.000 operaciones/mes Editor visual, filtros y enrutadores, soporte básico, se ejecuta cada 15 minutos Prueba la herramienta o automatiza algunos flujos de trabajo sencillos
Núcleo 9/mes Ilimitado (con tope progresivo) Escenarios activos ilimitados, acceso a la API, ejecuciones cada minuto Usuarios individuales o pequeños equipos con necesidades recurrentes
Pro 16/mes Ilimitado Ejecución prioritaria, variables personalizadas, gestión avanzada de errores Equipos con flujos de trabajo complejos y requisitos de fiabilidad
Equipos 29/mes Ilimitado Colaboración en equipo, gestión de roles, plantillas compartidas Departamentos colaborativos y equipos técnicos/operativos
Empresa Sobre presupuesto Ilimitado + protección contra excedentes SSO, registros de auditoría, asistencia 24/7, funciones personalizadas Grandes organizaciones con problemas de seguridad, escalabilidad y SLA

En resumen, Make es extremadamente competitivo, sobre todo si trabajas en escenarios complejos con varias acciones internas. El plan gratuito ya es muy útil para empezar, los planes Core y Pro cubren sobradamente las necesidades del 80% de los equipos B2B, y el plan Enterprise está dirigido a organizaciones que quieren industrializar la automatización dentro de un marco seguro.

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#6 Opiniones y reputación de los clientes

En Capterra, la plataforma tiene una valoración media de 4,8/5 sobre más de 400 opiniones, una puntuación excelente que atestigua la satisfacción de los usuarios habituales, sobre todo en un contexto profesional. Los puntos fuertes citados: la potencia del editor visual, la flexibilidad, la lógica modular y, como era de esperar, la relación calidad-precio.

En Trustpilot, en cambio, la valoración media es baja (2,9/5 de un centenar de opiniones). Varios usuarios se quejaron de problemas de facturación, escenarios provocados por error o dificultades para ponerse en contacto con el servicio de asistencia. También se criticó la curva de aprendizaje y la interfaz, que a veces se consideró confusa al principio.

En nuestra opinión, hay que relativizar estas críticas. Make sigue siendo una herramienta técnica, pero para los equipos que se toman el tiempo de comprender su lógica (o que ya tienen un poco de madurez tecnológica) la experiencia es en gran medida positiva.

En B2B, la percepción también es muy buena. Make se cita a menudo como referencia entre los perfiles de operaciones, crecimiento o avanzados sin código. Y a menudo es la herramienta que aparece cuando se busca una alternativa seria a Zapier que sea más barata, más potente y, sobre todo, más fácil de usar en el día a día.

Conclusión : Nuestra opinión sobre Make

Make cumple casi todos los requisitos de una excelente herramienta de automatización: potente, flexible, asequible y divertida de utilizar a diario. Donde Zapier puede parecer rápidamente rígido o limitado, Make ofrece un entorno de trabajo real, capaz de gestionar flujos de trabajo complejos sin perderse en tecnicismos.

El editor visual es un verdadero éxito, el enfoque modular significa que tienes un control preciso sobre los escenarios, y la herramienta sigue siendo sorprendentemente ligera de usar, incluso en contextos exigentes.

Es una herramienta que utilizamos en Salesdorado desde hace años, y que seguimos recomendando sin dudarlo. El auge de competidores como n8n no cambia mucho nuestra posición: Make sigue siendo más sencillo, más accesible y más que suficiente para el 95% de los casos de uso B2B.

Y para colmo, los precios son muy competitivos, sobre todo para grandes volúmenes.

Se recomienda hacer si:

  • Estás buscando una alternativa seria (y más barata) a Zapier.
  • Quieres automatizar flujos de trabajo complejos, con varias herramientas y una lógica empresarial real.
  • Tienes un poco de conocimientos técnicos (o te gustaría profundizar en ellos) y te gusta mantener el control de tus automatizaciones.
  • Trabajas en equipo y buscas una herramienta robusta, colaborativa y bien documentada.

Make debe evitarse si buscas una herramienta “plug and play” para una o dos automatizaciones sencillas sin tocar nunca los parámetros. Hay una curva de aprendizaje, pero merece la pena.

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Sobre el autor

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Maxime Ben Bouaziz

Maxime est un des éditeurs du site de Salesdorado. Spécialiste en inbound marketing et passionné de stratégie média.